FETE-INFORMA: Corregir el bajo rendimiento escolar ha de ser una prioridad del nuevo gobierno y de los gobiernos autonómicos

El informe hecho público por la OCDE titulado “Alumnos de bajo rendimiento: por qué se quedan atrás y como ayudarles a tener éxito” recoge los porcentajes del alumnado de la OCDE con bajo rendimiento en las tres materias analizadas (matemáticas, ciencias y lectura) en el Informe PISA 2012 y presenta una serie de conclusiones para reflexionar.

Se constata en el informe que el bajo rendimiento escolar puede tener consecuencias severas no solo para el alumnado sino también para la sociedad en su conjunto. El alumnado con un bajo rendimiento a los 15 años tienen una mayor probabilidad de abandonar la escuela y mayor dificultad para conseguir trabajos bien remunerados. En países con una alta proporción de la población carente de los conocimientos y habilidades básicos, el crecimiento a largo plazo puede verse comprometido.

Se recoge que el bajo rendimiento es resultado de una combinación y acumulación de varios factores y desventajas que afectan al alumnado a lo largo de su vida. De media en los países de la OCDE la probabilidad de tener un bajo rendimiento en matemáticas es mayor para el alumnado socio-económicamente desfavorecido, las chicas, el alumnado de origen inmigrante, los que hablan una lengua distinta en casa que en el centro escolar, los que viven en una familia monoparental, los que asisten a escuelas en el medio rural, los que han asistido solo un año o menos a una escuela infantil, los que han repetido curso y los matriculados en formación técnico-profesional.

Concretando en España, el porcentaje del alumnado español de 15 años con bajo rendimiento en las tres materias evaluadas es del 10 %, frente al 12% de la media de la OCDE.

En matemáticas, el 24 % del alumnado español obtuvo un bajo rendimiento, un punto por encima del la media de la OCDE con un 23 %. En ciencias, el 16 % frente al 18 % de la OCDE y en lectura, el 18% del alumnado español obtuvo bajo rendimiento, igual a la media de la OCDE. Se aprecia un avance en lectura y ciencias mientras que el rendimiento en matemáticas sigue sin mejorar.

El porcentaje de estudiantes españoles de bajo rendimiento en matemáticas aumentó 1 punto porcentual entre el 2003 y el 2012; en lectura el porcentaje se redujo en 3 puntos porcentuales entre 2003 y 2012; en ciencias el porcentaje se redujo en 4 puntos porcentuales entre 2006 y 2012.

En España, aproximadamente un 29% de los estudiantes de 15 años asiste a escuelas donde un 30% o más del alumnado tienen un bajo rendimiento en matemáticas y un 6% asiste a escuelas donde la mitad o más de los estudiantes tienen un bajo rendimiento.
En España, la probabilidad de tener bajo rendimiento en matemáticas es mayor para las chicas, los estudiantes socio-económicamente desfavorecidos y de origen inmigrante y para los que no han recibido educación preescolar (o solo un año o menos), han repetido un curso y están matriculados en Programas de Cualificación Profesional Inicial (PCPI).

El informe recoge que en general las chicas son mejores estudiantes, obteniendo mejores resultados, muestran mejor comportamiento, dedican más tiempo al estudio y repiten menos cursos que los chicos. Pero por el contrario muestran desconfianza en sí mismas en matemáticas y tendencia a alejarse de estudios técnicos.

Un 40% de estudiantes socio-económicamente desfavorecidos en España tuvo un bajo rendimiento en matemáticas en 2012, mientras que solo un 8% de los estudiantes favorecidos no alcanzó el Nivel 2.

Un 52% de los estudiantes españoles que han repetido curso tuvieron un bajo rendimiento en matemáticas, mientras que sólo un 9% de los estudiantes que nunca han repetido curso tuvieron un bajo rendimiento.

En España, al igual que de media en la OCDE, los estudiantes de bajo rendimiento pierden clase con mayor frecuencia, dedican menor tiempo a hacer deberes, y son menos perseverantes que los estudiantes con mejor rendimiento.

El alumnado español de colegios socio-económicamente desfavorecidos tienen 2,6 veces mayor probabilidad de obtener bajo rendimiento que el alumnado de centros favorecidos.

Así mismo, se contempla el debate abierto sobre los itinerarios curriculares y se destaca que los itinerarios vocacionales tempranos favorecen más el bajo rendimiento del alumnado que los generales.

Se afirma que los sistemas educativos que distribuyen equitativamente los recursos educativos y adoptan mayores medidas de inclusión del alumnado con necesidades presentan unas cifras menores de bajo rendimiento. También se refleja la estrecha relación que existe entre un mayor número de alumnado con bajas calificaciones y la reducción de profesorado y recursos.

Se incluye una serie de medidas para reducir el bajo rendimiento como:

• Desmantelar las múltiples barreras de aprendizaje.

• Crear un entorno de aprendizaje en las escuelas que sea exigente y ofrezca apoyo a los estudiantes.

• Ofrecer refuerzo escolar tan pronto como sea posible.

• Animar a los padres y las comunidades locales a involucrarse en la vida escolar.

• Inspirar a los estudiantes para que saquen el mayor rendimiento posible a las oportunidades educativas.

• Identificar a los estudiantes de bajo rendimiento y diseñar una estrategia adecuada a su perfil.

• Ofrecer refuerzo individualizado a los colegios y las familias desfavorecidas.

• Ofrecer programas de refuerzo especiales para los estudiantes de origen inmigrante, que hablen una lengua minoritaria o que provengas de zonas rurales.

• Atacar los estereotipos de género y dar apoyo a las familias monoparentales.

• Reducir las desigualdades en el acceso a la educación preescolar y limitar la separación de los alumnos por nivel académico.

FETE-INFORMA Corregir el bajo rendimiento escolar

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